Translate

sábado, 29 de junio de 2013

El tiempo, nunca vivimos en el presente

La metafísica de un curso de milagros es un regalo. Aquí van algunas pinceladas.

Un curso de milagros pone nuestro mundo al revés y requiere un cambio de creencias muy profundo. Tenemos que hacer una inversión de pensamiento.

Este mundo no existe, es lo primero que tenemos que tener claro; nada externo a nosotros nos puede dañar o nos puede hacer feliz porque no existe nada externo a nosotros. 

Dice un curso de milagros que es imposible que a un hijo de Dios le sucedan cosas que él no haya pedido. El problema es que a veces no somos conscientes cuando lo pedimos. No caigamos nunca en la cuenta de que suceden cosas porque no hay casualidades, hasta los pelos de tu cabeza están contados, dice un curso de milagros.

Todo lo que pensamos se va a materializar.

Siempre estamos viviendo fuera del tiempo. El tiempo nos tiene atrapados y lo vivimos de manera muy diferente. Un curso de milagros dice que debemos entregar el tiempo al Espíritu Santo para que él lo utilice de una forma educativa. Es lo primero que debemos hacer al levantarnos, así funcionaremos fuera del espacio tiempo que es donde todo el tiempo suceden los milagros.

El problema es que nosotros no vivimos nunca en el presente. Siempre estamos pensando el el pasado o en el futuro.Dice " el tiempo solo existe para que hagas uso de él". Si mañana nos marchásemos de este mundo y nos preguntarán cómo hemos utilizado nuestro tiempo cómo responderíamos.

Dice un curso de milagros ya que crees en el tiempo por qué lo pierdes. Nuestro fallo es que hacemos siempre lo mismo y esperamos que las cosas cambien. Seguro que esto te resuena.

Tu santa mente determina todo lo que te ocurre. No podemos pensar al margen de Dios porque es él el que nos sustenta. Todos los pensamientos están potencialmente en nuestra mente; nosotros tenemos el poder de elegir, a veces lo hacemos de una forma inconsciente. Qué debemos hacer, lo contrario, elegir conscientemente.

Las cosas y posibilidades están ahí y el que tenga ojos las verá. Se trata de tomar conciencia nada más.
El camino que recorremos nos da unas pistas de cómo vamos. 




jueves, 20 de junio de 2013

Feliz a los cuarenta

A pesar de mi edad, cuarenta y tres años, no sé todavía por qué estoy aquí, qué es lo que he venido a hacer, cuál es mi misión. 

Simplemente sé que me levanto cada mañana y voy dando pasos en esa dirección, es decir, con el objetivo de encontrarme a mí misma y descubrirme. Para ello, escucho incesantemente programas y conferencias en mi ipod que puedan poner luz en mi vida; además soy una lectora impenitente de libros de autoayuda; me gusta mucho ver a las personas que admiro, y que se que están bastante más iluminadas que yo, en youtube. También he hecho cursos y terapias que, de una u otra manera, me han hecho evolucionar. Pero al final es la vida, con su día a día, con cada momento, con cada situación...la que me hace crecer como persona.

Sólo sé que tengo que estar aquí por alguna mágica razón y que he venido a este mundo para aprender y que hasta el final de mis días estaré aprendiendo.Me encanta recorrer mi propio camino y pensar que es solo mío, que está ahí para mí.

A lo largo de los años, he aprendido también que todos los seres que habitamos este planeta estamos conectados de alguna manera y que no existen las casualidades sino las causalidades; todo pasa por alguna razón. Todo lo que me rodea está ahí para que yo aprenda.

También he aprendido que uno crea su propia realidad, consciente o inconscientemente, ahí está el peligro. Debemos hacernos conscientes de lo que pensamos porque esos pensamientos van a ir atrayendo personas y situaciones a nuestra vida. De nosotros depende que nuestro nivel de vibración esté en sintonía con la abundancia que, sin duda, nos merecemos. Sé que le tengo que pedir a Dios abundancia y luz para saber gestionarla.

Sé que todo lo que hay en mi vida es una bendición (aunque a veces no lo parezca). Me gusta pensar que soy una célula de Dios y que formo parte de algo más importante y grande que yo misma.

Intenta adivinar los pensamientos que podrías tener en esa última media hora de tu vida, quizás pensarás que todo ha merecido la pena.


Vivir cada experiencia y cada minuto como un regalo es el secreto de la felicidad.

almacuore

Quizás también te interese: el tiempo, nunca vivimos en el presente
                                                La fabrica de sueños

lunes, 17 de junio de 2013

Tratado de la biodescodificación

Hace tiempo que compré este libro y lo tengo como manual de consulta. Cada vez que enfermo o me duele una parte del cuerpo, o bien a alguien de mi familia, voy a este tratado de biodescodificación intentando encontrar luz en lo que pasa.


  • Es un método de investigación cuyo objetivo es: encontrar las claves emocionales, identificar la emoción Oculta que subyace detrás de todo comportamiento disonante, expresado en formas de conductas antisociales, violencia, adicciones y síntomas físicos llamados enfermedades.



El cuerpo por sí mismo no tiene capacidad para enfermar, somos nosotros los que lo enfermamos.

Hay que leer más para poder ser críticos. No hay que creer a nadie, cada uno debe experimentar su verdad por él mismo. Tratado de Biodescodificación.

Enric Corbera y Rafael Marañón.
(1ª edición: diciembre 2011)

La biodescodificación nos enseña a escuchar nuestro cuerpo. Es la búsqueda de todos los códigos biológicos que hay detrás del síntoma y la comprensión emocional que lo ha activado para que lo podamos descodificar.


Se apoya en la experiencia de numerosos investigadores y practicantes como: Groddeck, María Torok, Josephine Hilgard, Nicolas Abraham, Monique Bydlowski, Hamer, Anne Schtzenberger, Marc Fréchet, demostrado que las enfermedades no existen como tales sino que se trata de programas biológicos cargados de sentido.
 La enfermedad es un programa biológico de supervivencia para adaptarse a situaciones de impacto emocional, fruto de los conflictos que afectan a todo ser vivo.


Quizás también te interese: el sentido de la enfermedad
                                                  Nuestro árbol genealógico
                                                  Frases para reflexionar y crecer